El jurado destacó el «valor excepcional» del faro romano para impulsar su designación como patrimonio de la humanidad
Rosa Domínguez . 28/6/2009Todos lo esperaban, como los barcos la luz del faro desde hace dos mil años, y finalmente tampoco falló esta vez. Hicieron falta una marea de orgullo y el empuje del convencimiento pero en apenas 17 minutos, a las 18.26 horas de ayer, la Unesco se pronunció sobre la torre de Hércules. Los coruñeses lo sabían desde siempre y ahora lo sabe todo el mundo: no solo es la imagen de una ciudad de mar en el noroeste español, es un monumento de «valor universal excepcional». «Ha sido un reconocimiento unánime de la excelencia de este bien», resumió José Jiménez, director de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, a la salida, tras la ovación cerrada que se escuchó en el Fibes sevillano. «A Coruña está haciendo historia», indicó el alcalde, Javier Losada.
La luz de la Torre alumbra desde ayer más allá de las 25 millas marinas del alcance real de su haz de luz para situar A Coruña y Galicia en el mapa de aquello que, obliga el respeto, debe legarse a las generaciones futuras como antes, desde hace dos milenios y sin el paraguas del reconocimiento mundial, lo hicieron los antepasados. El informe de la Unesco introduce no solo la construcción bimilenaria en el listado, sino también los petroglifos del Monte dos Bicos, que datan de la Edad de Hierro, el cementerio moro y el parque escultórico que rodea el faro.
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