2.8.10

Del arraigo familiar a la comida

La asociación acoge a presos de Teixeiro que no tienen hogar en la ciudad y varias veces al año hace un reparto de alimentos.
R.G. 4/7/2010

Hay usuarios de los servicios de la asociación Antonio Noche que prefieren mantener el anonimato. Desde esa postura no ocultan su respeto, casi reverencial, por «Doña Rosa» (Otero) y las personas que le ayudan en su labor. Uno de estos usuarios, inmigrante que desde hace años intenta hacerse un hueco en la sociedad coruñesa, relata un periplo que arrancando en Guinea Bissau le llevó a distintos lugares de Europa para acabar en la prisión de Teixeiro. Desde allí «le escribí a Doña Rosa pidiendo alojamiento de tres días».

Hay reclusos de dicho centro que, si tienen arraigo familiar, pueden pasar un fin de semana, esos tres días, con su gente. Los que no tienen un hogar son acogidos por la asociación Antonio Noche y el citado inmigrante apunta que son «muchos» los que tienen la dirección de esta entidad para acogerse a su protección. También explica que por el momento está pendiente de sus papeles «me dicen que tengo que esperar un poco más», si bien argumenta que no quiere desvelar su identidad «porque ahora tengo familia».

Otro preso de Teixeiro está en la misma situación, acogido en una de los pisos de la asociación «pero ahora es complicado lo de alquilar los pisos porque tienen que reunir una serie de condiciones que no es fácil como la accesibilidad, un determinado ancho de las puertas y cosas por ahí», explica una de las abogadas que hacen el seguimiento de los atendidos.

Pero junto con la atención a este colectivo, la asociación Antonio Noche lleva a cabo otra serie de labores asistenciales que van desde los cursos de hábitos saludables hasta la distribución de alimentos, pasando por el reparto de juguetes o los cursos de corte y confección.

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