"Hay que olvidar el estereotipo del gitano como delincuente"
Santiago González participó en una jornada durante la que se debatieron las condiciones laborales de la comunidad gitana.
La comunidad gitana tiene problemas a la hora de integrarse en la sociedad. En algunos casos son los propios gitanos los que desean mantenerse al margen pero, en otros, son los prejuicios sociales lo que dificultan su integración. La fundación que preside en Galicia Santiago González pretende solucionar estos problemas. "El objetivo del Secretariado Gitano es facilitar el ingreso de los gitanos en la sociedad y desterrar la visión parcial que el resto de los ciudadanos tienen de ellos".
Santiago González comenzó a trabajar con comunidades de gitanos en una escuela, exclusiva para miembros de esta etnia, en la que se ofertaban actividades didácticas y deportivas. "El objetivo era ofrecer una formación que les permitiera acceder después a la escolarización normal, aunque también organizábamos actividades deportivas y clases de preparación del carné de conducir", recuerda Santiago González. En su opinión, la inmensa mayoría de los gitanos que cometen actos delictivos lo hacen influenciados por la pobreza y por la marginalidad: "La delincuencia obedece a su situación social y no a sus culturas y a sus costumbres. Hay que olvidar el estereotipo del gitano como delincuente. Muchos gitanos son ciudadanos honrados que hacen una vida normal".
Santiago González comenzó a trabajar con comunidades de gitanos en una escuela, exclusiva para miembros de esta etnia, en la que se ofertaban actividades didácticas y deportivas. "El objetivo era ofrecer una formación que les permitiera acceder después a la escolarización normal, aunque también organizábamos actividades deportivas y clases de preparación del carné de conducir", recuerda Santiago González. En su opinión, la inmensa mayoría de los gitanos que cometen actos delictivos lo hacen influenciados por la pobreza y por la marginalidad: "La delincuencia obedece a su situación social y no a sus culturas y a sus costumbres. Hay que olvidar el estereotipo del gitano como delincuente. Muchos gitanos son ciudadanos honrados que hacen una vida normal".
La Opinión, 4 de diciembre de 2006
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