2.3.11

Penamoa

Mar Barcón
Silencio y trabajo; este era el conjuro que, hace tres años, repetía Silvia Longueira, concejala de Servicios Sociales de Coruña, intentando sobreponerse al estruendo que suscitó el Plan de Integración de Penamoa, uno de los mayores asentamientos chabolistas de Galicia. La inquietud de una parte de los ciudadanos, provocado por el desconocimiento que se tienen de estos procesos y la irresponsable actitud de la oposición política, dispuesta a agitar los sentimientos más bajos con tal de conseguir un puñado de votos, convirtieron el inicio de este Plan en un calvario para la ciudad y en caldo de cultivo para propuestas y personajes de lo más pintoresco.
Hoy, tras tres años de mucho trabajo y bastante silencio, Penamoa cae y esta caída es, probablemente, una de esas noticias que justifican una Legislatura entera. Terminar con un asentamiento como este, hacerlo integrando al 80% de las familias en viviendas normalizadas y desde itinerarios completamente anónimos es un ejemplo de lo que una sociedad madura e instituciones competentes son capaces de hacer cuando se lo proponen.

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