«Decía que era de Penamoa y nadie me daba trabajo»
Jaime Silva, gitano en paro, le preguntó a un jefe de obra de la tercera ronda si necesitaba un peón; le dijo que sí, y hasta hoy.
Alberto Mahía
A sus 30 años, Jaime Silva no sabía ni el color que tenían los contratos de trabajo. En cuanto se acercaba al mercado laboral, todo se le volvía negro. Era presentarse a una entrevista, decir que vivía en Penamoa, «y puerta en las narices». Pero su suerte ha cambiado. El pasado 22 de diciembre se encontraba ocioso junto a su chabola del poblado chabolista y vio pasar a uno de los jefes de obra de la tercera ronda. Jaime se lanzó. Poco tenía que perder y mucho que ganar, así que le preguntó si necesitaba un peón. El hombre le dijo que sí. Dicho y hecho.
Este gitano separado y padre de un hijo de 10 años firmó un contrato y ahí continúa, trabajando en la construcción de la carretera que hará desaparecer el poblado en el que se crió. Y lo hace «muy contento y feliz», asegura. Ya no solo por tener un sueldo por primera vez en su vida, sino por «el cariño y respeto de mis compañeros».
Etiquetas: Chabolismo, inclusión social, integración, trabajo
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